ACERCA DEL RECHAZO A LA CONSTITUCIÓN MORAL Juan José Bocaranda E



REFLEJOS
ACERCA DEL  RECHAZO A LA CONSTITUCIÓN MORAL

Juan José Bocaranda E





Estas son algunas de las consideraciones que nos vienen a la mente respecto a la actitud y reacciones de las personas que, en forma absurda, se oponen a la proposición de una CONSTITUCIÓN MORAL:

1º.Cuestionar la existencia y la presencia plenamente activa de la Constitución Moral en el sistema estatal, implica miedo al control efectivo que la misma habrá de ejercer sobre todas las acciones del Estado y sobre el comportamiento general de los funcionarios. Pero, ¿por qué temer o rechazar el bien que implica la Constitución Moral?

2º. No es lógico ni sano este miedo, este rechazo, que no puede provenir sino de aquéllos que resultarían perjudicados en sus más abyectos intereses, por el control que el pueblo haya de ejercer sobre la administración de los dineros públicos.

3º. La Constitución Moral está llamada al fracaso, sin un efectivo mecanismo de control que garantice cuantitativa y cualitativamente su realización,  pues no se trata de especular sino de manifestarse en obra día a día, minuto a minuto, para que las cosas marchen como debe ser.
Ese mecanismo es el manejo permanente del Principio Ético como instrumento de una democracia tangible que haga de los ciudadanos, vigilantes activos y permanentes de la aplicación cotidiana del sistema lústico,  es decir, de la Constitución Jurídica o Política combinada con la Constitución Moral, y regida por ésta.

4º. No es ético ni lógicamente correcto rechazar a priori   la idea de una Constitución Moral. Para cuestionarla no resultan válidas las simples manifestaciones verbales aéreas, ni las lamentaciones, ni la mera expresión de miedo o temor. Es necesario esgrimir argumentos sólidos. Mas para ello se requiere estudio previo y profundo de la propuesta, de su esencia, estructura, elementos, fines, posibilidades y recursos. En fin, una labor, un esfuerzo reflexivo que muy poco se observa en las notas apresuradas que envían por tuiter aquellas personas que más parecieran referirse a los asuntos banales de la farándula que a temas de trascendencia humana y social, como son los asuntos constitucionales y estatales.
Se observa, en efecto:
-Personas que en una escasa suma de letras, a través de las redes, pretenden tachar con un simplicísimo rechazo, todo un sistema filosófico que demanda esfuerzo para estudiarlo y consciencia y valor para llevarlo adelante.

-La escasa opinión de un ingeniero que aun en el supuesto de que fuese extremadamente competente en su especialidad, sin embargo no cuenta con  la argumentación necesaria para derribar la propuesta de la Constitución Moral, mucho menos a través de las frases vacías que expresa en forma apresurada e irresponsable.

-Una dama que, ante la evidente sorpresa que le ha despertado  la noticia de una Constitución Moral, manifiesta el grado de alarma  que ello le produce, tal como si se estuviese proponiendo bombardear el Vaticano o arrojar un sunami contra la ciudad de Nueva York.

Para concluir:
Es decepcionante que algunas personas, en lugar de acoger con alegría y esperanza la propuesta de una Constitución Moral, rechazan el bien que la Moral implica. Absurdo superlativo. Pero, ¿qué se puede esperar de sujetos casquivanos, imbuidos del espíritu farandulero de la política rastrera?