Más de 50 años de reflexión en Derecho

Una vida entera dedicada al verdadero compromiso con la justicia, la etica y el bienestar social.

IUS-Etica Un nuevo paradigma: Estado Etico de Derecho

El Derecho está agotando sus fuerzas y requiere de una revitalización que sólo la Moral puede brindarle

LENGUAJE DE DELINCUENTES. Juan José Bocaranda E







LENGUAJE DE DELINCUENTES
Juan José Bocaranda E

-Tuerces la ley para tu beneficio como si fueses su dueño. Tus sentencias son un amasijo de falacias, que enfilas, conforme a tu interés, hacia el mejor postor. Y eso es inmoral.

-¡Papá, déjate de los remilgos moralistas de los jueces viejos!. Hoy vivimos otras realidades, distintas a las de tus días de juez.

-La Moral no envejece. No es cuestión de tiempo sino de consciencia y de dignidad. El hombre consciente y digno existe en todas las épocas, porque la una y la otra son base y condición de los valores morales y espirituales.

-Yo me someto al libre albedrío, y punto. Lo demás no cuenta para mí.

-¡Cómo has cambiado! Tú no eras así. No fue así como te formamos tu madre y yo.

-Sí. Desde que “descubrí” lo conveniente del libre albedrío soy otro.

-Pero, te equivocas. El libre albedrío cabe cuando se trata de la Moral privada, no de la Moral Pública, a la que no tienes derecho de acomodar a tu conveniencia. Porque justamente pertenece a una esfera que está por encima de los intereses particulares.

-¿Podrías explicarme por qué?

-Como individuo, cuando practicas los valores morales, estás propugnando por tu propio desarrollo espiritual. Ese es el fin de la Moral privada. En cambio, como funcionario, tu conducta debe someterse a los dictados de la Moral Pública, que no persigue el desarrollo espiritual del individuo, sino el desarrollo espiritual de la sociedad, del país. Ambos aspectos deben marchar juntos, por razones de coherencia y de integridad moral.

-¡Bah! Simples sutilezas de la gente que se las da “pensante” y que se dedica a eso porque le sobra tiempo. Son puras pendejadas.

-¿Pendejadas? ¿Adónde piensas llegar?

-Yo digo lo que un compañero de la Escuela de Derecho, cuando cursábamos segundo año: “lo mío es el billete. Lo demás no me interesa”.

-Qué lamentable. Ya hasta hablas como los delincuentes.


OSHO Y LOS DERECHOS HUMANOS. Juan José Bocaranda E

OSHO Y LOS DERECHOS HUMANOS

Juan José Bocaranda E


“Osho”, gurú disidente a ultranza, nacido en la India en 1931,  no dejó fuera de su actitud rebelde la cuestión de los derechos humanos. Independientemente de que nos solidaricemos o no con sus opiniones, vale la pena conocerlas. En su libro anota que “estamos viviendo en una sociedad hipócrita. La gente que está en el poder –político, religioso, social-, lo está porque la “Civilización” no ha ocurrido. Superficialmente el hombre se ha civilizado, pero en las oscuras profundidades del inconsciente, sigue siendo un bárbaro. Los que han estado durante miles de años en el poder -sacerdotes, políticos, superricos- tienen todo el poder para impedir la evolución humana. Y el mejor modo de impedirla es convencer al hombre de que “Ya está civilizado- La Declaración Universal de las Naciones Unidas sobre los Derechos Humanos, es la misma hipocresía .Hablan de los derechos. Pero ¿por qué no hablan sobre los deberes? Porque no quieren darte tus derechos humanos. Sin deberes, tan sólo puedes hablar de derechos, pero no los tendrás en tus manos. Y los políticos que han hecho esta declaración no tienen la menor noción sobre deberes. La gente que proclama estos Derechos Humanos, ¿qué autoridad tiene? Los políticos  son la causa de todas las guerras,  de toda clase de violencia que suceden en el mundo.

Los políticos son muy, muy astutos. No quieren controversia; sólo dicen cosas que te gustan y que les vayan a gustar a todos. No se preocupan por la situación actual y los cambios que necesita. Su único esfuerzo es tratar de hacerte feliz mediante falsas palabras. En ninguna parte del mundo se aplica ninguno de los derechos básicos. Y se dice:  si hay algún acto de barbarie, “la Humanidad en pleno” sufre en su consciencia, siente el dolor, la angustia. Pero esto es mentira. No veo que la Humanidad tenga ninguna conciencia. En estos últimos cincuenta años hemos cometido más actos de barbarie que en toda la historia del hombre. En diez mil años no hemos sido capaces de cometer tantas barbaridades como hemos cometido en sólo cincuenta años. Nos estamos volviendo cada vez más bárbaros; por supuesto con método y estilo. Eso de que todos los seres humanos nacen libes, es una absoluta tontería. Si todos los seres humanos nacen libres, deja a un niño en libertad: morirá en veinticuatro horas. El hijo del hombre es la criatura más desamparada del mundo. ¿Qué libertad puede tener? No puede caminar, no puede hablar, no puede volar...  La parte más sibilina de la mentalidad de los políticos es proporcionarte la idea de que no necesitas libertad. “No pidas libertad. Naces libre, todos los seres humanos nacen libres”. Todos los seres humanos nacen totalmente desamparados y dependientes. Liberarse les puede llevar años. E incluso millones de personas nunca llegan a ser libres. Esta Declaración dice que nacen libres. Yo digo, millones de personas mueren... y aún entonces no son libres. Y tú lo sabes por tu vida: no eres libre.

¿Qué todos tienen el derecho a la libertad de opinión y expresión?  Esto no es cierto. El Parlamento de la India ha incitado a la gente y a los periodistas indios a que no le concedan ningún espacio a mis ideas. El gobierno americano ha presionado al gobierno indio para que no permita a ningún periodista occidental hacerme una entrevista. El gobierno americano ha estado haciendo dos cosas: diciendo a todos los gobiernos de Europa y de Australia que deben prohibirme la residencia en sus países, y que desde cualquier lugar debo ser enviado de vuelta a la India. Así que todos los países de Europa han tramitado resoluciones en sus Parlamentos para que no se me admita ni siquiera como turista por tres semanas. La idea americana es que no sea permitida mi entrada en ningún país, que a nadie que quiera verme o reunirse conmigo, le sea permitido venir a la India”.
No es de extrañar que este personaje, rebelde hasta la tumba, fuera objeto de persecuciones. Estuvo preso en Estados Unidos, en cuyas cárceles fue  envenenado, lo que  le causó la muerte a la edad de 58 años. Dejó una herencia valiosa de pensamiento trascendente, y miles de seguidores en todas las latitudes. Los enemigos pueden destruir el cuerpo físico, pero el alma, jamás...



LAS CALLES DE LA NOCHE. Juan José Bocaranda E

LAS CALLES DE LA NOCHE

     Juan José Bocaranda E



¿Quién tiene autoridad moral para describir cómo son las calles en la noche cuando no se tiene adónde ir?
Yo. Porque lo viví…o, mejor aun, porque “lo morí…”
Actualmente estoy en el “bardo”, tiempo entre dos vidas que transcurrimos aquí, después de la muerte, preparándonos para una nueva “jornada”.
Estoy próximo a reencarnar. Naceré en la misma ciudad donde fallecí un 4 de agosto del año 2000. Naceré a trece años de ese momento…
Quiero consignar mis memorias antes de que las pierda, al descender al plano denso que me espera.
…………….
Por circunstancias que no viene al caso detallar,  llegó un momento en que la vida, el destino o la suerte, no sé, me arrojaron a las calles, cuando acababa de cumplir treinta y ocho años de edad. Había quedado, absolutamente, sin familia. Los amigos me habían dado la espalda desde que la prensa me describió como un ser abyecto, involucrado en un desfalco  cuantioso. Todo tan falso, tan irreal e injusto, que la vida miserable que entonces comenzaba para mí, fue mi mejor testigo. Si hubiese obtenido algún provecho pecuniario de aquel embrollo, no  hubiese vivido la penuria que habría de acompañarme hasta mi muerte, que me sofocó  en plena calle, en medio de un basurero.
Pero, no es mi intención relatar los vaivenes de mi vida durante los treinta años siguientes…Sólo voy a referirme, y muy  brevemente, a mi primera noche...
Esa tarde de mi primer día de desgracia, fue para mí un hachazo en plena nuca. Expulsado de la pensión por falta de pago, salí de allí a la una de la tarde. Apenas logré salvar una pequeña maleta con algunas prendas de vestir, unas fotografías de mi familia y otros enseres de uso personal…Lo demás quedó en poder de la dueña del establecimiento “como forma de pago”…
A medida que avanzaba la tarde, comencé a sentir un peso enorme, sobre la espalda; y el peso crecía y crecía cuanto más se acercaba la noche con su manto incierto.
La pequeña maleta se me hacía cada vez más pesada e insoportable.
Como no sabía adónde ir, me sentía aplastado, sin ganas de moverme. Me asfixiaba una mezcla horrible de angustia, tristeza, soledad y miedo. Me palpaba el pecho para ver si aún tenía corazón, pues me parecía más bien un ave muerta o una nuez seca. Y ello me acrecentaba el miedo, porque creía que la muerte me era inminente.
Recuerdo que esa primera noche una señora, no sé  por qué,  se condolió de mí y me brindó un plato de sopa y un pan. Le di las gracias y me paré en la esquina. Las calles se veían desiertas. Muy pocos vehículos. Uno que otro transeúnte.
Ah. La angustia y la sensación de soledad y desamparo que me asaltaron cuando me detuve en una encrucijada de cuatro calles. Entonces se me vino encima, en un instante, el inoportuno pensamiento de que todo ser humano debería gozar de la satisfacción de tener un destino, porque ello lo revitaliza con la esperanza, lo sustenta con la alegría, y lo alimenta  con la fe.  ¡Qué horrible carecer de razón o motivo para optar por una u otra calle!. Es como si las propias calles nos arrojaran poncheradas de desprecio, dándose el lujo de cerrarnos paso.
Temblaba no sé si por miedo o por frío, tal vez por fiebre. La primera de las mil fiebres que pasaría a la intemperie durante treinta años.
Mienten, por cierto, quienes dicen que uno se acostumbra. Jamás me acostumbré ni a la fiebre, ni al hambre, ni al dolor, ni a la soledad, ni a las humillaciones, ni al desprecio…todos forzados...
¿Qué uno no se enferma? ¿Para qué si la enfermedad comienza desde el primer día y jamás termina?
¿Qué uno vive despreocupado, sin responsabilidades? ¡Mentira! Sería antinatural. Lo que pasa es que la vida no nos da alternativas. Pero el dolor lo llevamos dentro, como una garrapata aferrada al pleno corazón…
Las piernas no me sostenían. Era como si supiesen y me dijeran “pero ¿para que vamos hacia allá, o hacia acá, si nada ni nadie nos espera?. No desperdiciemos energía, Vamos a descansar”…
Yo miraba las calles, brillantes como espejismos, que llevaban al infinito de la nada, sin ninguna esperanza…y eso desalienta a cualquiera.
Sin embargo, no me quedaba otra sino andar adonde las piernas decidieran ir por su cuenta…
Empuñé mi pequeña maleta y avancé por la penumbra en dirección a no sabía dónde…
Ya iría perdiendo por el camino de los años, trozo a trozo, aquella maleta. Por eso, cuando la policía recogió mi cadáver, sólo halló unos cartones, donde yacía yo, un despojo humano, un zurrón podrido…

No. De la soledad lacerante de las calles no puede hablar sino el que las haya vivido, o, más exactamente, “el que las haya muerto, como yo”…

DERECHO CAVERNARIO. Juan José Bocaranda E

DERECHO CAVERNARIO
   
                          Juan José Bocaranda E



La ley penal de las cavernas castiga el homicidio, no porque le interese un pelo  ese asuntejo de la Moral, sino por razones prácticas

-¿Cuáles son esas razones prácticas, profesor?
-Son varias:
1º.por política social, para aparentar que se cumple la justicia
2º.para cubrir las apariencias ante las otras comarcas cavernarias
3º.para apaciguar a los deudos y evitar venganzas por cuenta propia
4º.para justificar la creación de tribunales y dar ocupación a los desempleados
5º.para que no nos señale la comunidad internacional

-¿Entonces la Moral no tiene injerencia en el Derecho?
-¡Ninguna! Y así debe seguir siendo por lo siglos de los siglos.

-¿Por qué razón?
-Por la sinrazón de que  el Derecho debe ser libre. No necesita beatas ni chaperonas. ¿Qué sería de los privilegiados del  Derecho? ¿Qué sería de los usureros, de los banqueros, de los especuladores, de los contrabandistas, de los ladrones de cuello blanco, de los jueces alcahuetas, de los policías complacientes, de los traficantes de armas o de drogas? ¿Qué sería de los negocios? ¿Ustedes quieren que desaparezca la sociedad? ¿Ustedes quieren que la gente se muera de hambre? ¿Y dónde quedarían la productividad, el producto territorial bruto y las leyes de la economía ciega? Pues ello sucederá cuando se admita la injerencia directa de la Moral en el Derecho. Y yo no podría seguir aquí brindándoles mis valiosos conocimientos éticos y jurídicos.

-Por favor, sapientíssimus sapiens, ¿por qué no estudiar la posibilidad de la unión profunda de la Moral con el Derecho?

-¿Usted qué quiere? ¿Que tenga que estudiar Derecho de nuevo, cuando ya mi vida está hecha y mi sistema profesional armado?


OBRAS DE J.J.BOCARANDA E, EDITADAS POR WINDMILLS EDITIONS, CALIFORNIA, USA.

OBRAS DE JUAN JOSÉ BOCARANDA E, EDITADAS POR WINDMILLS EDITIONS, CALIFORNIA, USA.


1. IUS-ÉTICA






2. PARADIGMA MORAL NECESARIO




3. EL REGRESO DEL GALLO IMPLUME



4.CANTOS MERIDIALES



5.SIMPLEMENTE UN CAMINANTE




6.MAZORCA DE LUZ




7. BRINDIS DE LUZ POR LA MUJER AMADA


EVOLUCIÓN DEL DERECHO EN ESPIRAL. Juan José Bocaranda E

EVOLUCIÓN DEL DERECHO EN ESPIRAL


                                            Juan José Bocaranda E



Mientras no se sacuda de los apegos a una tradición milenaria, no habrá cambios substanciales y profundos en el Derecho, como lo exige una realidad humana y social crecientemente problemática.

La evolución "horizontal" del Derecho ya está agotada. En la evolución "horizontal" del Derecho, las mismas ideas permanecen durante largo tiempo, girando en diferentes formas de expresión, sin penetrar hacia nuevas esencias.

Revestir con el ropaje engañoso del prefijo “neo” las corrientes tradicionales desprestigiadas como el positivismo jurídico, no contribuye de ningún modo a la profundización del Derecho hacia nuevas dimensiones de actualización.

La voz del presente histórico demanda la presencia de un Derecho que "ascienda en espiral", ajustándose al espíritu del nuevo milenio. Es decir, un Derecho que responda al espíritu de universalidad inherente a la esencia de los Derechos Humanos, cuyo efecto primordial  va mucho más allá de la consagración misma de tales derechos, para utilizar el valor de la dignidad humana como factor aglutinante de toda la Humanidad.

Es necesario saltar del plano de la calificación jurídica de los conceptos jurídicos, al nivel de la calificación moral. Por ejemplo: del concepto de “res iuridice iudicata” (“cosa juzgada jurídicamente”), saltar al concepto de “res moraliter iudicata” (“cosa juzgada moralmente”); del de Justicia Jurídica, al de Justicia Moral; del de Seguridad Jurídica, al de Seguridad Moral; del de Constitución Jurídica, al de Constitución Moral; del de interpretación jurídica, al de interpretación bidimensional de la ley, etc.etc. Enfoque éste que no extingue el Derecho sino que lo revitaliza y enri­quece. Porque le insufla nueva dimensión, tornándolo más seguro y efectivo, apto para los nuevos tiempos.

Estas ideas y conceptos requieren que los juristas dispongan el ánimo a un  cambio de mentalidad, pues se trata de transitar del enfoque puramente jurídico a una visión ético-jurídica del Derecho, donde éste se asume como  valioso instrumento de la Moral, sin que ambos confundan sus objetos formales. Se erige, así, una  derivación lógica de argumentos que tienen como premisa superior la Ley Moral y como premisa de segundo orden el Derecho.

Este enfoque novedoso de la realidad califica éticamente la creación e interpretación del Derecho y la aplicación de la ley. Además, comprende que deben ser superados los criterios formales de un razonamiento meramente jurídico;  que la Moral abre puertas que el Derecho solo no puede abrir; que la verdadera justicia no está en la forma ni en la apariencia sino en el espíritu de la ley; que debe prestarse atención, no al hecho de conocer la ley, sino de cumplirla; que debe destacarse la diferencia entre forma-apariencia y substancia-realidad; que se precisa el ascenso de la Justicia Jurídica a la Justicia Moral, porque el De­recho se muestra cada vez menos eficiente para ejercer el control de las relaciones sociales.


El jurista de hoy debe mirar la ley jurídica desde una perspectiva superior y demostrar capacidad de adaptación a las exigencias del nuevo concepto de Derecho, lo que supone aceptar un giro en la concepción de las Acciones procesales, entre las cuales deben hallar cabida las Acciones y los Recursos Morales.

MIRAR DESDE LO ALTO. Juan José Bocaranda E

                                                                                             
             El mundo se ha tornado tan complejo, que el conocimiento particular de cada una de las ciencias está siendo rebasado por la realidad. Así, por ejemplo, la medicina clásica o tradicional ha tenido que ampliar su radio de conocimiento recurriendo a otras disciplinas como la psicología, sin olvidar la participación de la sociología, pues la salud y la enfermedad son fenómenos que dejan de ser individuales en la medida en que atañen a extensos sectores de la población inmersa en una realidad social condicionada por el factor económico. Hay médicos que, incluso, están recurriendo a la psicología profunda, más allá de la simple psiquis, para incursionar en los terrenos del espíritu y de  las vidas de un individuo, anteriores a la presente.
Así sucede también con el Derecho: ahora no es suficiente el conocimiento de una disciplina particular, como, por ejemplo, el Derecho Penal, o el Procesal Civil: se requiere ampliar el radio de acción admitiendo no sólo  los aportes de otros conocimientos de la ciencia jurídica, sino también de conocimientos que si bien son ajenos a ésta estructuralmente, sin embargo no dejan de ser complementos necesarios. Como lo son, justamente, la psicología, la sociología, la economía y las ciencias de la comunicación. Pero, por sobre todo, la Moral, Filosofía del Derecho y la Filosofía General, en busca de la síntesis necesaria para enfrentar con eficacia los graves problemas que aquejan hoy a la Humanidad.
Quiere decir que hoy es preciso mirar las cosas desde lo alto, en forma panorámica, pues el conocimiento meramente particular resulta de cortos alcances y de efectos pobres.
A propósito de estas ideas, siempre tenemos presente la siguiente imagen de Omraam Aivahov:
Un científico y profesor eminente, poseedor de varios títulos obtenidos en prestigiosas universidades, hábil para hablar y escribir en unas cuantas lenguas vivas, y conocedor calificado de otras tantas muertas, autor de innumerables obras filosóficas y científicas, trabaja en el sótano de su casa, donde tiene su estudio y laboratorio. De pronto, un hijo suyo, quien  está jugando en la azotea, le grita:
-Papá, vienen hacia acá dos personas. Parece que son dos hombres, uno vestido de azul y  otro de blanco.
-Cuando sepas quiénes son, me avisas
-Ya los distingo: son los que vienen a reparar la cocina
-Está bien. Dile a tu mamá.
Pese a sus grandes saberes y títulos, el científico es aventajado en este caso, por el hijo, de apenas doce años de edad. Y ello se debe a que el niño no está encerrado, ni en el sótano, sino arriba, desde donde domina todos los alrededores de la casa.
La imagen de Aivanhov nos permite extraer estas  inferencias: siempre es necesario mirar las cosas desde un nivel superior, de máxima plenitud, más aun si se trata de cosas complejas.
Es necesario mirar las cosas, no en forma aislada o parcial, sino en conjunto, para conocer en mayor medida su entidad, sus interrelaciones y las posibles consecuencias que de allí se derivan.
No siempre son suficientes o adecuados los conocimientos puramente académicos, por sí solos, pues en  ocasiones deben ser completados o reorientados por el conocimiento empírico de una realidad.
La idea de totalidad que implica mirar las cosas desde lo alto, no se limita al aspecto externo, material y cuantitativo: es necesaria la evaluación cualitativa  de los elementos, sin descuidar la cuestión de los valores humanos, morales y espirituales implicados. Además, el uso o manejo de los recursos  y de los instrumentos, deben ser ubicados frente a la escala axiológica o de los valores.
Desde esta perspectiva general, cabe agregar que, no obstante su importancia y necesidad, no basta la especialización profesional para resolver  determinados problemas. En el caso de la Medicina, por ejemplo, es preciso –como lo advertía Alexis Carrel, Premio Nobel de Medicina en l912- vincular la especialización a  una visión general del organismo, pues éste constituye un sistema, una totalidad.
En forma análoga, hemos de afirmar que el principio de totalidad debe operar también para el Derecho y para toda otra profesión.
Encerrarse en una parcela en forma excluyente, impide ver el camino y sus alrededores: se torna necesario “subir a la azotea”  para saber quién viene y para dónde va.
Y la mejor “azotea” del Derecho es la Moral, dentro del cual debe girar aquél, regido por valores fundamentales que disipen toda posibilidad de manipulación interesada.


Quizás a la falta de un enfoque totalizador de la realidad, se deban tantos desaciertos y equivocaciones graves en los más diversos campos del quehacer humano.

MORAL PARA ENSEÑAR ÉTICA. Juan José Bocaranda E

SE NECESITA MORAL PARA ENSEÑAR ÉTICA

                                    Juan José Bocaranda E 



-¡Doctor Repoyero! ¡Usted aquí!

-Sí, profesor, vengo a concursar para la cátedra de ética  en la Escuela de Derecho

-¿Y usted no sabe que se necesita moral para enseñar ética?. Yo lo conozco desde que fue alumno mío en esta Escuela. Lo conozco mucho más de lo que usted cree. Ya en aquellos tiempos era un tramposo consumado. Si usted ha sido un tramposo omnímodo y substancial en el ejercicio de la profesión durante tantos años, le pregunto ¿cómo un podrido puede dar clases  de salud y de pureza? No sea cínico.