.OEA, DEMOCRACIA Y PRINCIPIO ÈTICO


LA CLAVE IUS-ÈTICA DE HOY.

OEA, DEMOCRACIA Y PRINCIPIO ÈTICO

Juan Josè Bocaranda E

La Organizaciòn de Estados Americanos no debe considerarse al margen del principio de la dignidad humana, fundamento de los derechos humanos. Por consiguiente, no debe considerarse indiferente ante la presencia y la vigencia del Principio Ètico inherente a esos derechos.
Asì, pues, cuando la OEA reconoce como indispensable la democracia representativa, sólo puede reconocer como tal la democracia que se desarrolla en cada Estado conforme a las exigencias de la Ley Moral. Y, del mismo modo, cuando promueve y consolida la democracia, debe hacerlo con criterios éticos y no con criterios puramente jurídicos ni, menos aun, puramente políticos o diplomáticos. Desde esta perspectiva, no es suficiente velar porque los pueblos tengan derecho a la democracia: es necesario vigilar y determinar si cada Gobierno promueve, defiende y realiza la democracia con clara consciencia de que se trata de una responsabilidad moral permanente.

Tampoco es suficiente como base de la democracia el "Estado de Derecho": se requiere un Estado Ético de Derecho. Por consiguiente, no debe exigirse a la ciudadanía una participación ética y responsable en el marco de la legalidad sin hacer igual exigencia y en primer término, a los propios Gobiernos.
   
Por encima de los gobiernos están los derechos de los gobernados y, primordialmente, la dignidad humana de éstos. La situación de riesgo de un proceso político institucional no siempre y necesariamente debe atribuirse a los gobernados, toda vez que puede provenir de los propios gobernantes cuando su conducta no se corresponde con los fines de una democracia éti­camente calificada, como lo destaca la Ius-ètica.