LA DEIFICACIÒN DEL DERECHO
Juan Josè Bocaranda E
Hay quienes manifiestan culto y apego excesivos a
los conceptos jurídicos que les enseñan en las Escuelas de Derecho y que luego
remachan en lo más hondo del espíritu, a lo largo de la carrera profesional: se
trata de la iuri-latría o
deificación del Derecho, que cierra paso a los requerimientos del tiempo y a
las necesidades de ajuste.
Debemos tener presente:
a) que la
Humanidad ha dado un gran paso más, en el curso de su existencia, y que su
adaptación al nuevo milenio, espera de los juristas, de los gobernantes y de
los políticos, así como, en general, de todo ser humano consciente, el esfuerzo
necesario para que ella pueda subsistir, nada de lo cual podrá lograr sin la
co-laboración y co-operación de los hombres y de las mujeres de buena voluntad;
b) que el
Derecho actual va cayendo en el descrédito, pues sus moldes resultan cada vez
más estrechos para contener y resolver la nueva realidad, crecientemente
compleja y global;
c) que si el Estado de Derecho y el Derecho
tradicional manifiestan esa incapacidad, llega la hora del reemplazo de los
viejos conceptos, por conceptos realmente nuevos, racional e históricamente
justificados.
El Derecho tradicional -sin que neguemos sus
méritos- resulta cada vez menos eficaz para resolver por sí sólo los problemas
humanos y sociales. Entre otros efectos, está perdiendo la respetabilidad de
otros tiempos, debido a la carencia de fibra moral en los funcionarios, porque,
no exigiéndola para su propia substantividad, no se halla en condiciones de
exigirla a los demás.
La pérdida de respetabilidad del Derecho se
observa, incluso, en el ámbito internacional, cuando los Gobiernos se atreven
a desafiar las sanciones que pudiera imponerles la ONU. Actitudes
anárquicas que pueden arrastrar a la desaparición de ésta, a menos que asuma la Ley Moral como
fundamento y razón de su ser y de su actuar.