LA CLAVE IUS-ÈTICA DE
HOY.
EL SISTEMA SANGUÌNEO
DEL ESTADO. EL ESTADO ABÙLICO.
Juan Josè Bocaranda E.
El Estado debe comprender que su sistema
sanguíneo es el Derecho y que envejece y decae hacia la decrepitud, en la
medida en que esa "sangre" carezca de los nutrientes morales y
espirituales necesarios. La adecuación del Estado a las exigencias de los
nuevos tiempos, requiere que él mismo se
aboque al nacimiento de un Derecho realmente nuevo, que lo revitalice y
lo impulse. Ese Derecho realmente nuevo, no puede ser otro sino el que se
apoya, substancialmente, en la
Moral. De lo contrario, si persiste en mantenerse en la
camisa de fuerza del Derecho tradicional, se convoca a sí mismo al fracaso,
manifestándose como un Estado abúlico.
El Estado abúlico
carece de energía y de "voluntad de hacer", reduciéndolo todo al
fingimiento y a la laxitud, a sabiendas de que se rige por un Derecho
substancialmente limitado, que pretende apoyarse en sus solas fuerzas, aunque
caiga en la ineficacia.
El Estado debe
comprender que su instrumento cotidiano y permanente, el Derecho, debe
transmutarse para brindarle la colaboración que de él espera; que es absurdo
que en el nuevo milenio rija un Derecho crecientemente desgastado por el
tiempo; que también el Derecho requiere sangre nueva, sólo posible de hallar en
el aporte substancial de la
Moral.