LA ESENCIA DE LA SALUD. Juan Josè Bocaranda E



Prensa
LA ESENCIA DE LA SALUD
Juan Josè Bocaranda E

Cierta persona muy cercana me advierte que por cuanto no soy mèdico, no debería escribir sobre estos temas. Pero, yo le respondo: lo que escribo no es asunto de títulos sino del uso de la  razòn. Porque si se sabe que determinados elementos son fundamentales para la vida y la salud, como el PH y ciertas sales, ¿debo tener título de Mèdico para afirmar que el trabajo del facultativo debería comenzar por allì: por establecer cuàl es el PH del paciente y si tiene presentes en el organismo “las doce sales”, en la debida proporción? Por otra parte, estoy moralmente obligado a comentar estos temas para bien de la comunidad, sobre todo hoy cuando los precios de las medicinas han subido màs allà de las nubes y ya casi tocan las bases del Trono del Altìsimo. Si alguien quiere denunciarnos dizque por ejercicio ilegal de la Medicina, pues que lo haga…

Una dama padecía de un fuerte dolor de espalda. Habìa consultado a una serie de especialistas y gastado exorbitantes sumas de dinero en la realización de exámenes, compra de medicinas y viajes al exterior en busca de “los mejores entre los mejores”. Pero, el dolor seguía, privándola de reposo, tranquilidad y sueño. Un dìa alguien le sugirió que “aunque no creyera en eso”, ensayara “otras vìas”, pues “tal vez allì estaba la curación”. Acudiò a un radietesista quien la estudiò debidamente, y le dijo: primero, que algunos médicos no habían realizado un diagnòstico certero, por lo que le habían recetado medicamentos que, “lógicamente, no podían dar en el blanco”. Segundo, que otros mèdicos habían acertado en el diagnòstico, mas no en los medicamentos. Y le explicó: lo que la està afectando a Ud., según me lo dice la Radiestesia, es la deficiencia de “una sal”. Si Ud. toma esta “sal”, encontrarà la curación sin necesidad de ningún otro medicamento…Y asì fue, exactamente…¿Què “sal” era èsta? Era una de la “sales celulares” que se utilizan en el Sistema Bioquìmico de Medicina, desarrollado,  a finales del siglo XIX, por el mèdico alemán Wilhelm Einrich Schuessler.
Antes, Rudolf Virchow había establecido que la enfermedad no es sino la deficiencia de algún elemento quìmico inorgánico del cuerpo, es decir, de alguna sal mineral. Posteriormente, Schuessler estableció, mediante experimentos efectuados en las cenizas de cadáveres de seres humanos, que dichas “sales celulares” son doce y que todas ellas, en armonía, son base de la salud.  Tambièn determinò que usando una de estas sales o combinaciones de las mismas, puede curarse la mayoría de las enfermedades. Las “sales de Schuessler” no son fármacos; son inofensivas para el organismo. Sòlo son minerales, no suprimen síntomas ni matan bacterias. “Simplemente” son la base del equilibrio del cuerpo humano.  A cada tipo de problemas de salud, corresponde una sal determinada. ¿No es lógico, entonces, que los médicos comiencen por allì, por el estudio de las sales en el organismo del paciente, para establecer si hay ausencia o deficiencia parcial de algunas de ellas y prescribirle la sal correspondiente?. Asì se evitarìa al paciente la compra de medicamentos que no necesita o que salen sobrando. Cuàntas angustias, padecimientos y zozobra tendrían fin; cuànto ahorro en gastos médicos, clìnicas y medicamentos!. Lo que ocurre es que hay médicos indolentes, como el que, hace un mes, prescribió, a una tìa nuestra, que sufrió una caída, tres medicamentos que servían exactamente para lo mismo: desinflamar y quitar el dolor. Menos mal que tenemos una guía farmacológica y leìmos antes de comprar…
Volviendo a las sales: lo lamentable està en que la mayoría de los médicos no creen en estas terapias y pretenden desecharlas a título de “científicos”.  Sin embargo, las “vìas alternas” son reconocidas usualmente por muchos médicos, en Europa, quienes utilizan el péndulo como punto de partida para los diagnósticos. Como lo hacìa nada menos que el Premio Nobel de Medicina (1912), Alexis Carrel. Allà, los colegas no tildan de “locos” ni de “brujos” a estos médicos. Tampoco, cualquier ignorante de plaza, esquina o mercado  se hace eco de los sabiondos para denigrar de lo que no conocen, como la Radiestesia, la sanación a distancia, las sales celulares y tantas otras cosas...Como Ud. no quiere pertenecer a esa caterva, no deje de ir al mèdico, pero, también ¡ atrévase a solicitar los servicios de un radiestesista!  para que le establezca cuàl es la sal de Schuessler que le està haciendo falta a su organismo. ¿O prefiere seguir siendo presa de los que ni lavan ni prestan la lavadora?