EL MONO QUE FALTABA. Juan Josè Bocaranda E




Prensa
EL MONO QUE FALTABA
Juan Josè Bocaranda E

El botánico, antropólogo, etnólogo y escritor surafricano, Lyall Watson (1939- 2008), tratò de dar sentido natural y sobrenatural a los fenómenos biológicos, en su libro “Supernature”, donde introdujo por primera vez la expresión “efecto del cèntèsimo mono”, utilizando para ello un relato ficticio.
Escribe Watson que cuando estaba haciendo experimentos con una colonia de monos en una isla de Japòn, quiso alimentarlos con papas. Pero los monos las rechazaban porque estaban sucias. Sin embargo, a una mona joven se le ocurrió ir al rìo a lavarlas,  y enseñò a los demás monos jóvenes el procedimiento. Los monos viejos no aprendìan a menos que tuvieran hijos jóvenes, quienes enseñaron a sus padres.  La costumbre de lavar las papas se fue extendiendo y estableciendo poco a poco. Y un dìa, todos los monos comenzaron a lavarlas. Esto ocurrió cuando el mono número cien aprendiò a lavar las papas, dice Watson, es decir, cuando se completò el número necesario para que toda la especie lo hiciera, y asì operò “la masa crìtica”. Conforme a esta teoría, el comportamiento de un grupo de monos se propaga a todos estos animales cuando se alcanza el número crìtico para ello. Es decir, cuando el comportamiento aprendido lo asume una cantidad mínima, una “cantidad crìtica” de monos, que inclina la balanza a favor del cambio.

Pero, el escritor surafricano no se queda aquí, en lo material: la idea de lavar las papas saltò,” como llevada por el aire”, a una isla cercana, donde los monos la asumieron, lavando las papas en el rìo.
En física, “la masa crìtica” es la cantidad mínima de material necesaria para que se mantenga una reacción nuclear en cadena.
Del ámbito de la física, el concepto de masa crìtica pasò a otras áreas del conocimiento, como la sociológica. Y es que el fenómeno de la masa crìtica ocurre, análogamente,  en el mundo social y polìtico. Un diputado, de un total de 200 legisladores, propone un proyecto de ley. Al principio, sòlo 15 diputados lo respaldan. Pero, un dìa, cuando menos se le espera, obtiene 101 votos, y el proyecto se convierte en ley: la calidad ha cambiado. La calidad simple de un mero documento, ha saltado a la calidad superior de toda una ley, debido al factor cantidad. Esa ley va a abrigar alguna trascendencia porque incidirà sobre los intereses y la conducta de la colectividad. Lo que quiere decir que la acumulación cuantitativa es tan importante, que, en un momento dado, encuentra su propio nivel transformador como factor decisivo en el devenir de la sociedad, tràtese de un grupo familiar, tràtese de una  aldea, tràtese de toda una naciòn. Porque, cuando se reúne o acumula el número mínimo de personas, necesario para el cambio, èste surgirà inevitablemente.

Esta ley es aplicable a los movimientos políticos, aun retroactivamente.
Tomemos como ejemplo el movimiento independentista de Venezuela y de otros países de Amèrica Latina:  cuando a la acumulación de las causas externas e internas –la influencia de las ideas políticas derivadas de la Ilustraciòn, las diferencias sociales entre criollos y españoles, el monopolio comercial de la Metròpoli, y los ejemplos independentistas de Estados Unidos y Haitì- se sumò el hecho de la invasión napoleónica a España, se produjo el salto cualitativo, y los países sublevados transitaron, no sin lucha, claro està, a la cualidad superior de naciones libres.
De esta manera pueden explicarse las revoluciones y los cambios sociales menores: se van juntando imperceptiblemente causas primarias y secundarias, condiciones y circunstancias, hasta que, de pronto, se produce el salto. Es decir, se suman cuantitativamente factores y personas, y viene el cambio.
Sin embargo, no basta la acumulación de causas materiales para que surja el cambio: es necesaria la consciencia: tener claros los objetivos y prever los medios. Porque cuando la masa crìtica es manejada por personas sin consciencia, se convierte en un montòn de papas sucias que ni los monos querrìan lavar.